martes, 25 de septiembre de 2007

Una sacrificada victoria

El jueves 4 de octubre, en el ya famoso y bullado paradero de Baquedano, a las seis y media de la tarde, en pleno horario punta, estaba Victoria Núñez, quien volvía de su trabajo.
Su rostro lo dice todo, la frustración que siente es tremenda.
Para variar: estuvo alrededor de una hora esperando su micro, la 307.
Su molestia es indudable, y sus ganas de criticar el sistema son casi incontrolables...